En 2019 el colectivo crea el primer “Festival Ecuador Musical”: talleres, conciertos didácticos, clases maestras gratuitas, dos concursos de composición a nivel nacional, presentación de importantes compositores del Ecuador; el Festival estrenó en once conciertos –celebrados en lugares emblemáticos de Quito- la compilación de diecisiete composiciones nuevas en formato de grupo de cámara –algunas incluyendo instrumentos autóctonos-, con apertura a la utilización de técnicas contemporáneas, siempre basándose en ritmos tradicionales de la cultura musical ecuatoriana.

Este primer Festival permitió rescatar tesoros musicales del Ecuador como la creación del cuarteto de cuerdas de Daniel Flores, basada en la cultura ancestral de las flautas de Cotama, Otavalo, o de la danza andina perdida “la Chimbeñada”, a partir de composiciones del maestro Marcelo Ruano; el Festival impulsó también un concurso nacional para jóvenes compositores, como Martín Villacís, con su obra de fusión entre el violín, el cello, el piano y los instrumentos autóctonos (dulzainas, rondador y quena).